Elementos básicos para una buena comunicación
Comunicación Contingente
Aprender a comunicarse y escuchar con empatía (estar en sintonía) es una parte vital para formar un buen vínculo con su bebé.
Los estudios demuestran que un elemento común en el apego saludable es cuando un padre y un hijo tienen una forma de comunicarse de dar y recibir. Esto se llama comunicación contingente. Los padres enseñan respeto al mostrar respeto a sus hijos. Desde el comienzo mismo de la vida podemos practicar este tipo de comunicación con nuestros bebés. Cuando un bebé sonríe y arrulla y un padre responde de la misma manera, devolviéndole la sonrisa e imitando al bebé, y luego haciendo una pausa y esperando a que el bebé responda de nuevo, el padre le está enseñando al bebé: “Te veo. Te estoy escuchando y te devolveré un reflejo de ti mismo que es valioso para que puedas verte y valorarte también. Me gustas tal como eres”. (Daniel J. Siegel, MD y Mary Hartzell, MEd: Parenting from the Inside Out)
En la comunicación contingente, los padres respetan el acto de escuchar. Muchas veces no escuchamos realmente lo que se nos comunica porque estamos ocupados pensando en nuestros propios sentimientos o en lo que queremos hacer o decir.
(Adaptado de Parenting from the Inside Out por Daniel J. Siegel, MD y Mary Hartzell, M.Ed.))
Herramientas para una buena comunicación:
1. Contacto visual: cuando un bebé nace, se concentra mejor en objetos que se encuentran a una distancia de entre 20 y 25 cm. Esta es la distancia perfecta entre su rostro y el tuyo cuando lo tienes en brazos. Una de las primeras comunicaciones que se establecen entre tú y tu bebé es a través del contacto visual. Cuando lo amamantes, no estés siempre mirando televisión, hablando con otra persona o planeando tu día. Mantente presente y concéntrate en tu bebé. Los bebés muy pequeños estudian los rostros de sus cuidadores, concentrándose especialmente en los ojos.
2. Reflejar: A medida que establece contacto visual con su bebé y se estudian mutuamente, comenzará a reflejar las expresiones y los movimientos de su bebé. El bebé puede bostezar o inclinar la cabeza, y usted puede reflejar estos movimientos. Repita los sonidos que hace mientras lo mira a los ojos. Los bebés también nos hacen esto. Sabemos que un sistema básico de neuronas espejo está presente al nacer. Los recién nacidos de tan solo 18 horas de vida pueden imitar ciertos movimientos faciales. Si saca la lengua, su recién nacido puede copiarlo. La capacidad de imitación que surge del reflejo mutuo desarrolla habilidades físicas, sociales y cognitivas.
3. Narrar: Cuéntale a tu bebé lo que le estás haciendo, lo que está mirando o haciendo. Nombra objetos familiares mientras los tocas o se los acercas al bebé. Hablarle al bebé no solo fortalecerá el vínculo, sino que también ayudará a desarrollar habilidades lingüísticas. Reproduce los sonidos de tu bebé y hazle preguntas. Haz una pausa y espera una respuesta.
4. Tacto/masaje: Los bebés son muy sensoriales. Gran parte de su aprendizaje inicial se produce mediante la estimulación de sus sentidos. Darle un masaje diario a tu bebé es una forma maravillosa de calmarlo y conectar con él. Las investigaciones muestran que el masaje infantil tranquiliza al bebé, y los bebés que reciben masajes tienden a llorar menos, dormir más y obtener cierto alivio de los gases y los cólicos. El tacto y las cosquillas también son muy importantes para desarrollar la conciencia corporal. Las investigaciones sobre el contacto piel con piel entre padres e hijos después del nacimiento muestran que contribuye a una mejor regulación de la excitación, menor estrés, ciclos de sueño-vigilia más organizados, períodos más largos de sueño reparador y calma general en los bebés pequeños. Esto simplemente consiste en sostener a tu recién nacido contra tu pecho o abdomen, con la piel desnuda tocándote.
5. Sea respetuoso cuando el bebé necesite espacio. A veces, los bebés no están de humor para hablar o vocalizar. Incluso los bebés necesitan su espacio y un descanso de toda la estimulación del mundo. Su bebé puede darse la vuelta, cerrar los ojos o ponerse inquieto o irritable. Si esto sucede, déjelo tranquilo o intente abrazarlo en silencio.
Ejercicios diarios para fomentar la sintonía con tu bebé:
1. Tómate unos minutos cada día e intenta imaginar el mundo desde el punto de vista de tu hijo, dejando de lado deliberadamente el tuyo.
2. Tenga en cuenta cuáles son sus propias expectativas para su bebé. ¿Son realistas? ¿Realmente son lo mejor para su bebé? Sea consciente de cómo le comunica esas expectativas a su bebé.
3. Si te sientes perdido o desconcertado, recuerda permanecer quieto, respirar y escuchar con atención.
(Adaptado de Everyday Blessings de Myla y Jon Kabat-Zinn)
Explora tu infancia:
Animo a todo el mundo a que haga introspección. Piense en la relación que tuvo con sus padres durante su infancia. ¿Qué aspectos de su infancia le gustaron? ¿Qué aspectos de su infancia le habría gustado que fueran diferentes? ¿Cómo se comunicaban con usted sus padres? ¿Se sintió escuchado por ellos?
Recomendaciones de libros:
Bendiciones cotidianas: el trabajo interior de la crianza consciente
Por Myla y Jon Kabat-Zinn
Crianza desde adentro hacia afuera: cómo una comprensión más profunda puede ayudarle a criar hijos que prosperen
Por Daniel J. Siegel, MD y Mary Hartzell, M.Ed.
Por Jill Campbell, Psy.D.
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Los estudios demuestran que un elemento común en el apego saludable es cuando un padre y un hijo tienen una forma de comunicarse de dar y recibir. Esto se llama comunicación contingente. Los padres enseñan respeto al mostrar respeto a sus hijos. Desde el comienzo mismo de la vida podemos practicar este tipo de comunicación con nuestros bebés. Cuando un bebé sonríe y arrulla y un padre responde de la misma manera, devolviéndole la sonrisa e imitando al bebé, y luego haciendo una pausa y esperando a que el bebé responda de nuevo, el padre le está enseñando al bebé: “Te veo. Te estoy escuchando y te devolveré un reflejo de ti mismo que es valioso para que puedas verte y valorarte también. Me gustas tal como eres”. (Daniel J. Siegel, MD y Mary Hartzell, MEd: Parenting from the Inside Out)
En la comunicación contingente, los padres respetan el acto de escuchar. Muchas veces no escuchamos realmente lo que se nos comunica porque estamos ocupados pensando en nuestros propios sentimientos o en lo que queremos hacer o decir.
(Adaptado de Parenting from the Inside Out por Daniel J. Siegel, MD y Mary Hartzell, M.Ed.))
Herramientas para una buena comunicación:
1. Contacto visual: cuando un bebé nace, se concentra mejor en objetos que se encuentran a una distancia de entre 20 y 25 cm. Esta es la distancia perfecta entre su rostro y el tuyo cuando lo tienes en brazos. Una de las primeras comunicaciones que se establecen entre tú y tu bebé es a través del contacto visual. Cuando lo amamantes, no estés siempre mirando televisión, hablando con otra persona o planeando tu día. Mantente presente y concéntrate en tu bebé. Los bebés muy pequeños estudian los rostros de sus cuidadores, concentrándose especialmente en los ojos.
2. Reflejar: A medida que establece contacto visual con su bebé y se estudian mutuamente, comenzará a reflejar las expresiones y los movimientos de su bebé. El bebé puede bostezar o inclinar la cabeza, y usted puede reflejar estos movimientos. Repita los sonidos que hace mientras lo mira a los ojos. Los bebés también nos hacen esto. Sabemos que un sistema básico de neuronas espejo está presente al nacer. Los recién nacidos de tan solo 18 horas de vida pueden imitar ciertos movimientos faciales. Si saca la lengua, su recién nacido puede copiarlo. La capacidad de imitación que surge del reflejo mutuo desarrolla habilidades físicas, sociales y cognitivas.
3. Narrar: Cuéntale a tu bebé lo que le estás haciendo, lo que está mirando o haciendo. Nombra objetos familiares mientras los tocas o se los acercas al bebé. Hablarle al bebé no solo fortalecerá el vínculo, sino que también ayudará a desarrollar habilidades lingüísticas. Reproduce los sonidos de tu bebé y hazle preguntas. Haz una pausa y espera una respuesta.
4. Tacto/masaje: Los bebés son muy sensoriales. Gran parte de su aprendizaje inicial se produce mediante la estimulación de sus sentidos. Darle un masaje diario a tu bebé es una forma maravillosa de calmarlo y conectar con él. Las investigaciones muestran que el masaje infantil tranquiliza al bebé, y los bebés que reciben masajes tienden a llorar menos, dormir más y obtener cierto alivio de los gases y los cólicos. El tacto y las cosquillas también son muy importantes para desarrollar la conciencia corporal. Las investigaciones sobre el contacto piel con piel entre padres e hijos después del nacimiento muestran que contribuye a una mejor regulación de la excitación, menor estrés, ciclos de sueño-vigilia más organizados, períodos más largos de sueño reparador y calma general en los bebés pequeños. Esto simplemente consiste en sostener a tu recién nacido contra tu pecho o abdomen, con la piel desnuda tocándote.
5. Sea respetuoso cuando el bebé necesite espacio. A veces, los bebés no están de humor para hablar o vocalizar. Incluso los bebés necesitan su espacio y un descanso de toda la estimulación del mundo. Su bebé puede darse la vuelta, cerrar los ojos o ponerse inquieto o irritable. Si esto sucede, déjelo tranquilo o intente abrazarlo en silencio.
Ejercicios diarios para fomentar la sintonía con tu bebé:
1. Tómate unos minutos cada día e intenta imaginar el mundo desde el punto de vista de tu hijo, dejando de lado deliberadamente el tuyo.
2. Tenga en cuenta cuáles son sus propias expectativas para su bebé. ¿Son realistas? ¿Realmente son lo mejor para su bebé? Sea consciente de cómo le comunica esas expectativas a su bebé.
3. Si te sientes perdido o desconcertado, recuerda permanecer quieto, respirar y escuchar con atención.
(Adaptado de Everyday Blessings de Myla y Jon Kabat-Zinn)
Explora tu infancia:
Animo a todo el mundo a que haga introspección. Piense en la relación que tuvo con sus padres durante su infancia. ¿Qué aspectos de su infancia le gustaron? ¿Qué aspectos de su infancia le habría gustado que fueran diferentes? ¿Cómo se comunicaban con usted sus padres? ¿Se sintió escuchado por ellos?
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